El ser humano enfrenta día a día situaciones y dificultades ante los cuales recurre a sus mecanismos de adaptación, sin embargo, cuando estas situaciones rebasan sus capacidades de resolución y se encuentra en un desequilibrio, experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual, lo inhabilita aún más para encontrar una solución. En ese momento, es que se puede generar una crisis, siendo ésta un estado temporal que genera una desorganización reflejada en una incapacidad para enfrentar la situación adversa que se está viviendo, manejar adecuadamente las emociones, enfocar el pensamiento y la conducta en resolver el problema (Osorio, 2017)
Crisis psicológica
El concepto de crisis dentro de la salud mental se describe como un principio de continuidad psíquica, es decir, las crisis son entendidas como “una respuesta de disrupción en la homeostásis psicológica del individuo, en la que fallan los mecanismos de afrontamiento habituales que tienden re-instaurar dicha homeostásis, lo cual va acompañado de todo un conjunto de consecuencias conductuales, emocionales, cognitivas y biológicas en la persona” (Erickson, s.f. citado por Hernández y Gutiérrez, 2018).
Surge entonces, la psicología de la emergencia definida como un estudio del comportamiento humano antes, durante y después de situaciones de emergencia, en situaciones que ocurren inesperadamente. La figura del psicólogo se convierte en parte fundamental para prevenir, planificar, intervenir y rehabilitar en éstas situaciones de crisis (Valero, 2001, citado por Hernández y Gutiérrez, 2018).
Tipos de crisis
Las crisis pueden presentarse en diversos momentos de la vida y bajo distintas condiciones lo que cambia en la forma de intervenir. Por un lado están las llamadas crisis circunstanciales, ya que son accidentales o inesperadas; por ejemplo, muertes inesperadas, enfermedades corporales, pérdida del trabajo, desastres naturales, crímenes violentos, etc. Suelen ser repentinas porque aparecen sin ser anticipadas, con carácter de urgencia ya que, amenazan el bienestar físico o psicológico de la persona y masivas porque pueden afectar a muchas personas al mismo tiempo (FES Iztacala, s.f.).
Por otro lado las crisis que están vinculadas al ciclo vital del desarrollo de una persona, se relacionan con el traslado de una etapa a otra, suelen ser más predecibles que las anteriores, pero siguen causando un impacto en el bienestar de la persona ya que, involucra a un contexto y las herramientas personales, es decir, cuando una persona va cumpliendo etapas en su vida desde la niñez a la senectud; por ejemplo, la entrada a la adolescencia, la inserción en la etapa adulta al ámbito laboral o la llegada del primer hijo, la jubilación y muerte de amigos y/o pareja en la vejez (FES Iztacala, s.f.).
Intervenciones en los primeros auxilios psicológicos
En el contexto de las intervenciones psicológicas ante una crisis, se busca orientar hacia la expresión de los sentimientos y experiencias internas de la persona que se relacionan con el evento que provoca un desajuste, ya se ante una pérdida personal o de bienes o algún otro evento traumático (Gómez del Campo, 1994, citado por Hernández y Gutiérrez, 2018).
La Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil y el Centro Nacional de Trastorno de Estrés Postraumático (2006 citado por Hernández y Gutiérrez, 2018) mencionan que los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) están diseñados para reducir a corto y largo plazo la angustia inicial producida por los eventos traumáticos y promover un funcionamiento adaptativo además de generar estrategias de afrontamiento, ya que se enfocan en proporcionar apoyo emocional, generar una red de apoyo para evitar situaciones de riesgo para la persona, y brindar orientación sobre qué hacer y cómo hacerlo. Por esto mismo, son prestados por trabajadores en el área de salud mental (psicólogos, terapeutas, psiquiatras) o personal que proporcione asistencia temprana a niños, familias y adultos afectados, como parte de un apoyo ante un desastre. Los principios y las técnicas de los PAP son cumplir con cuatro requisitos básicos. Estos deben ser (Hernández y Gutiérrez, 2018):
A tono con la evidencia resultante de la investigación científica sobre el riesgo y la capacidad de recuperación después de un trauma.
Aplicables y prácticos en el ambiente real.
Apropiados para todas las etapas de desarrollo a través de la vida.
Informados sobre las particularidades culturales y provistos de manera flexible.
La mayoría de las personas a lo largo de la vida experimentarán alguna situación de crisis, en dónde las herramientas para afrontarlo de manera adecuada no serán suficientes; por esto mismo se necesitan profesionales preparados para intervenir en esas condiciones tanto en la consulta como en el exterior, lo que permitirá que las personas puedan sobrellevar de mejor manera los sucesos vividos e integrarlos de manera funcional a su vida diaria.
Por: Samantha Viviana Escutia Cuevas
Referencias:
Hernández, I., Gutiérrez, L. (2018). Manual básico de primeros auxilios psicológicos. Recuperado de la base de datos de la Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias de la salud https://www.cucs.udg.mx/sites/default/files/adjuntos/ manual_primeros_auxilios_psicologicos_2017.pdf
Facultad de Estudios Superiores Iztacala (s.f.). Crisis y emergencias. Recuperado de la base de datos de la Universidad Nacional Autónoma de México https:// www.iztacala.unam.mx/creas/crisis.html
Osorio, A. (2017). Primeros auxilios psicológicos. Revista Integración Académica en Psicología 5(15), pp. 1-8.
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