Aves enjauladas
Siempre me ha llamado la atención el comportamiento de las aves al cuidar de sus crías, la protección e inseparabilidad que las caracteriza al momento de proteger el indefenso huevo, la compañía y satisfacción de necesidades del polluelo en sus momentos más necesitados, la motivación, guía y confianza en que este podrá realizar su primer vuelo. Entre más crece y se desarrolla el polluelo, emprende un proceso de transformación no solo el, sino también su relación con sus progenitores y su parvada.
Ahora, ¿qué pasa cuando un evento le impide a nuestros hijos e hijas adolescentes salir de casa y disfrutar su vuelo?, ¿Qué retos enfrenta la parentalidad ante una situación de crisis como lo es la cuarentena que enfrentamos en nuestros días? Considero que, padres y madres se enfrentan a un reto que exige adaptación y flexibilidad, no obstante, toda crisis se presenta como una oportunidad de cambio y crecimiento. La parentalidad democrática-permisiva
En mi trabajo con adolescentes me he encontrado constantemente con un facto común compartido por ellos; el adolescente y la adolescente buscan demostrar y sentirse capaces y autosuficientes en muchos aspectos, de manera que se ha mostrado como pieza clave en la interacción con los mismos, brindarles la confianza y la responsabilidad de demostrarlo. El modelo de parentalidad democrática-permisiva es aquel que, como menciona Nardone, G. et al. (2012), conlleva los siguientes presupuestos:
Las cosas se hacen por convencimiento y consenso, y no por imposición.
El consenso se obtiene a través del dialogo fundado en argumentos válidos y razonables.
Las reglas se pactan.
La finalidad principal que se debe perseguir es la armonía y la ausencia de conflictos.
Todos los componentes de la familia tienen los mismos derechos
De la misma manera he comprendido que en orden de que estos aspectos funcionen apropiadamente, debemos también, considerar otros factores muy importantes que son la delimitación de los roles, jerarquías y limites que cada cual conlleva en su sistema. Juega un papel central que los padres tomen conciencia de su rol y autoridad como padres, y actúen de acuerdo a ello; no buscamos que la flexibilidad se transforme en sumisión a favor de una armonía superficial, sino el aprendizaje de interacciones con y entre subsistemas que permitan sobrellevar la cuarentena de una manera favorable.
Como menciona Minuchin, S. y Fishman, H. C. (2001) los padres tienen el derecho y el deber de tomar decisiones que atañen a la supervivencia del sistema total y la fijación de reglas que protejan a todos los miembros de la familia, así como fijar el papel que los hijos habrán de desempeñar en el funcionamiento de la familia. Parentalidades construidas históricamente
Los modelos de parentalidad son semillas que fueron plantadas en la familia de origen, y con el pasar del tiempo fueron abonadas por experiencias, entre ellas la formación de la pareja y el contrato establecido en ella.
El ser humano está siempre delimitado al margen de su situación biográfica, y no es de extrañar que esta tenga un alto impacto en sus estilos parentales; lo que es más importante como padres y madres, es el realizar un viaje de introspección, de un análisis histórico propio que nos permita cuestionar nuestras pautas de interacción con nuestros hijos. Tal vez si nos adentramos a entender el “porque hacemos”, también podríamos descubrir en el camino el “porque nos hacen”.
Madres, padres y liderazgo.
Recuerdo cuando estudiaba la licenciatura, un profesor me comentaba sobre los distintos tipos de liderazgo; mencionaba que no había liderazgos correctos e incorrectos, sino que se trataba de conocer a tu grupo de trabajo, saber sus capacidades, su autosuficiencia, y sus necesidades; de esta forma el mejor líder era el que comprendía su posición y sabia adaptarse a su equipo; si esto era conseguido, este proceso se volvería circular.
A manera de resumen, se concluye que la parentalidad es más que una actitud, y una serie de normas a seguir, se trata de comprender el rol de cada integrante de la familia, saber los límites que se tienen, confiar en las capacidades de los otros, reconocer el desarrollo personal, así como familiar, comprender porque hemos establecido las pautas que llevamos, y si son efectivas. Pienso que la parentalidad es también una oportunidad para realizar un proceso de autodescubrimiento y crecimiento que considero es valioso de recorrer con el fin de llevar una relación afectiva positiva con nuestros hijos e hijas.
Por: David Martínez Becerra
Bibliografía:
Minuchin, S., & Fishman, H. C. (2001) Técnicas de terapia familiar. México: Ediciones Culturales Paidos.
Nardone, G., Giannoti, E., Rocchi, R., & Chaves, J. B. (2012). Modelos de familia: Conocer y resolver los problemas entre padres e hijos. Barcelona: Herder.
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